martes, 5 de noviembre de 2013

ADIÓS CANAL 9

Cierran la tele.

Ese es el escueto mensaje que me llega al móvil y que me deja, literalmente, sin palabras, sin sangre en las venas. Me lo escribe una amiga, pero también la que fue una de mis antiguas jefas cuando estuve en dicha tele, RTVV-NOU, Canal 9, para que nos entendamos todos. 

La última hora ha saltado enseguida a las redes sociales. Reconozco que me he conectado para ver si era verdad, porque no me lo podía creer.

Todo en un sólo día. Porque hoy se había conocido la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana que tumbaba el ERE que había dejado en la calle a más de 1.000 trabajadores. Trabajadores, que, al conocer el fallo, lo habían celebrado por todo lo alto, aunque intuyeran que el gobierno valenciano no lo iba a dejar ahí. Esperaban que el Consell recurriera la sentencia. Pero lo que nadie se esperaba es que, de golpe y porrazo, cerraran la tele. Así, sin más.

Y, sin embargo, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ya lo había advertido días antes. Si el ERE resultaba nulo, no tendrían más remedio que cerrar. 

¿La excusa?

Que no pueden hacer frente a los costes que supone volver a readmitir a los trabajadores, que no pueden mantener una plantilla tan elevada y al mismo tiempo cubrir los gastos de funcionamiento y mantenimiento, que primero de todo está el sostenimiento de servicios públicos como la educación y la sanidad. 

¿Hola?

Servicios que caminan hacia la privatización en esta comunidad. De todas formas, ¿qué pasa con el derecho a la información? ¿Qué pasa con una gestión escandalosa que ha dejado el Ente público en quiebra? ¿Pagará alguien por esa mala gestión? 1.200 millones de deuda arrastra Canal 9.



Hasta la forma en la que se llevó a cabo el ERE resulta vergonzosa. Los baremos, los criterios, para despedir a cientos de trabajadores nunca estuvieron claros, fueron ambiguos y subjetivos. La responsabilidad de formalizar el proceso recayó en una empresa externa, por mucho que ahora se diga que fue la dirección de la casa la responsable de ponerlo en marcha.

Mientras escribo estas líneas, un compañero comparte en Facebook la nota de prensa de la Generalitat. Se puede decir que era la forma de hacer oficial lo que se sabía ya por otros medios de comunicación. De hecho, los propios trabajadores se han enterado por esos mismos medios. Nadie del Consell ha tenido el valor de dar la cara con ellos.

http://www.gva.es/va/inicio/area_de_prensa/not_detalle_area_prensa?id=509809

Lenguaje técnico, burocrático y extremadamente complejo para decir que 1.700 personas se quedan en la calle y que desaparece un medio de comunicación con más de 20 años de vida a sus espaldas. Un medio de comunicación emblemático para esta tierra, a pesar incluso de la críticas por manipulación informativa. 

Esta plumilla creció con esta televisión, también profesionalmente. Siempre diré que tuve la suerte de poder trabajar y aprender en él, con grandes compañeros y profesionales. No todos estaban enchufados, como se ha dicho.

Esta noche mientras los trabajadores defendían sus derechos delante de las cámaras, mientras denunciaban en el informativo lo que les han hecho gente corrupta y sin escrúpulos, yo lloraba de rabia por la injusticia. 

Para un periodista la verdad y la justicia, como siempre digo, son dos de sus razones de ser. Por eso, es doblemente dura la decisión unilateral del Consell. Pierde la verdad y pierde la justicia, otra vez. ¿Cuántas llevamos en esta comunidad, cuántas llevamos en este país? ¿Cuántas más harán falta para que despertemos?

Comparto totalmente las palabras de los trabajadores al considerar que no sólo pierden ellos, sino también la sociedad valenciana en general. 



Con todos su fallos y sus defectos, Canal 9 era la televisión de todos los valencianos y les hablaba en su lengua, unía. No por menos, estaba reconocida en el Estatuto de Autonomía.  

Sea como sea, hoy es un día triste para el periodismo. Hoy es un día triste para la democracia porque otro medio de comunicación se cierra. Otro, otro más. Y lo peor es que puede llegar a sentar precedente para otras televisiones públicas. 

Tal vez, quede la esperanza de que el Consell reconsidere su decisión unilateral, y radical, y se siente a negociar con los trabajadores para buscar una fórmula viable para sostener Canal 9 y con ella el derecho a una información pública y veraz en esta tierra nuestra, tan escasa de medios regionales o locales. 


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