martes, 22 de octubre de 2013

JUSTICIA

No ha llovido a gusto de todos. Más bien parece que ha llovido a gusto de “los malos”. Lo pongo entre comillas para que nadie pueda sentirse ofendido. Es más bien una opinión generalizada entre la población, lo que he ido escuchando por ahí desde que ayer se conoció la noticia.

El Tribunal Superior de Estrasburgo ha anulado la Doctrina Parot por considerar que atentaba contra los derechos humanos. 

Sentencia que estamos obligados a acatar, nos guste más o menos. Tal y como, comentaba ayer el ex presidente del gobierno José Luís Rodríguez Zapatero.

Hoy, la etarra que llevó el caso al tribunal europeo, Inés del Río, salía en libertad. Más que eso, recibirá una indemnización comparable a los efectos que dicha doctrina ha tenido en su caso.

La reducción de condena no era aplicable al tiempo máximo de condena real, unos 40 años, sino al computo global que sumaban sus delitos. Tropecientos mil años. Un absurdo legal, porque nadie vive tanto tiempo.

En realidad, no voy a hablar o reflexionar sobre lo que se sabe ya, sino de la justicia en general. Porque la Doctrina Parrot no sólo tenía que ver con etarras, sino también con asesinos, violadores y demás fauna varia. Es decir, con casos dramáticos, como el de las niñas de Alcàsser. Probablemente, Miquel Ricart salga también en libertad.

Y es que ¿cuánto vale la vida de una persona? ¿Se puede medir? ¿Existe justicia para los que han perdido a un ser querido?

La justicia... ¿Funciona la justicia en este país? ¿Es igual para todos? Porque ahí tenemos al señor Iñaki Urdangarín, ahí tenemos al señor Bárcenas. Todos sabemos que no pagarán por lo que han hecho, que se librarán, tal y como me decía la camarera del bar en el que siempre me tomo el café. Malo saberlo con tanta certeza.

¿Le sucedería lo mismo a un ciudadano de a pie que cometiera los mismos delitos?

La respuesta la sabemos todo. NO. Es triste, pero la justicia en este país no es igual para todos. Digan lo que digan nuestros representantes políticos.

Justicia. Busco en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y me encuentro con esto.

Justicia.
(Del lat. iustitĭa).
1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
2. f. Derecho, razón, equidad.
3. f. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.
4. f. Aquello que debe hacerse según derecho o razón. Pido justicia.
5. f. Pena o castigo público.
6. f. Poder judicial.
7. f. Rel. Atributo de Dios por el cual ordena todas las cosas en número, peso o medida. Ordinariamente se entiende por la divina disposición con que castiga o premia, según merece cada uno.
8. f. desus. Ministro o tribunal que ejerce justicia.
9. f. coloq. desus. Castigo de muerte. En este mes ha habido dos justicias.
10. f. ant. alguacil (‖ oficial inferior de justicia).
12. m. desus. justicia mayor de Castilla.
~ conmutativa.
1. f. La que regula la igualdad o proporción que debe haber entre las cosas, cuando se dan o cambian unas por otras.
~ de sangre.
1. f. ant. mero imperio.
~ distributiva.
1. f. La que establece la proporción con que deben distribuirse las recompensas y los castigos.
~ mayor de Aragón.
1. m. Magistrado supremo de aquel reino, que con el consejo de cinco lugartenientes togados hacía justicia entre el rey y los vasallos, y entre los eclesiásticos y seculares. Dictaba en nombre del rey sus provisiones e inhibiciones, cuidaba de que se observasen los fueros, conocía de los agravios hechos por los jueces y otras autoridades, y fallaba los recursos de fuerza.
~ mayor de Castilla, ~ mayor de la casa del rey, ~ mayor del reino.
1. m. Dignidad, de las primeras del reino, que gozaba de grandes preeminencias y facultades, y a la cual se comunicaba toda la autoridad real para averiguar los delitos y castigar a los delincuentes. Desde el siglo XIV se hizo esta dignidad hereditaria en la casa de los duques de Béjar.
~ original.
1. f. Inocencia y gracia en que Dios crio a nuestros primeros padres.
la ~ de enero.
1. f. coloq. U. para dar a entender que ciertos jueces u otros funcionarios no suelen perseverar en el excesivo rigor que ostentan cuando principian a ejercer sus cargos.
administrar ~.
1. loc. verb. Der. Aplicar las leyes en los juicios civiles o criminales, y hacer cumplir las sentencias.
de ~.
1. loc. adv. Debidamente, según justicia y razón.
hacer ~ a alguien.
1. loc. verb. Obrar en razón con él o tratarle según su mérito, sin atender a otro motivo, especialmente cuando hay competencia y disputa.
~ de Dios.
1. loc. interj. U. para dar a entender que aquello que ocurre se considera obra dejusticia de Dios.
2. loc. interj. U. para dar a entender que algo es injusto, como pidiendo a Dios que castigue por ello.
oír en ~.
1. loc. verb. Der. Ser examinados por un juez o tribunal los descargos o excusas del funcionario a quien se impuso alguna corrección.
pedir en ~.
1. loc. verb. Der. Poner demanda ante el juez competente.
repartir ~.
1. loc. verb. administrar justicia.
tenerse alguien a la ~.
1. loc. verb. Detenerse y rendirse a ella.
tomarse alguien la ~ por su mano.
1. loc. verb. Aplicar por su cuenta una medida o castigo que cree merecidos.

Como decía, diga lo que se diga, vivimos una época en la que eso de justicia ha dejado de ser lo que viene en el diccionario, más allá de la Doctrina Parrot.
De hecho, hoy también se ha conocido que la fiscalía de Valencia pedirá la anulación del ERE que ha afectado a más de 1.000 trabajadores de RTVV-NOU. Muchos de ellos, antiguos compañeros de quien escribe estas líneas. Me alegro por ellos, pero en mi fuero interno me pregunto en qué quedará esta “rebelión” de la fiscalía. ¿Conseguirán volver a sus puestos de trabajo? ¿Pagarán los que despilfarraron los recursos del ente público?

En mi búsqueda sobre lo que es o debería ser justicia, me pierdo también en lo que podemos encontrar en la wikipedia. Más reflexiones basadas en el pasado y en lo que debería ser presente.

Como por ejemplo que la justicia es un valor determinado por la sociedad de cada momento y lugar, y de que nació para mantener la armonía entre los integrantes de dicha sociedad. O que tiene un valor formal, la imparcialidad de las personas responsables de impartirla, y otro cultural, el consenso amplio sobre lo que es malo o bueno. 

Porque a la hora de la verdad la justicia no deja de ser un conjunto de reglas o normas que establecen un marco para las relaciones sociales, entre organismos o instituciones y particulares. Permiten, autorizan, prohiben.

Preguntas lanzadas al aire: ¿Qué justicia pedimos como sociedad? ¿A qué justicia tenemos derecho? ¿Sabemos diferenciar el bien del mal?

Lo cierto es que los romanos intentaron sentar sus bases. No por ello, el derecho romano todavía se estudia en las facultades de derecho.

Iustitia ets constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi.

Traducido para los que no sepan latín: La justicia es la constante y perpetua voluntad de conceder a cada uno su derecho.

¿Y cuáles son los derechos?

Siguiendo con el latín...

Honeste vivere alterum non laedere et suum quique tribuere.

Vive honestamente, no hagas daño a nadie y da a cada uno lo suyo.

Visto lo leído, los romanos ya tenían claro que la justicia humana no podía ser un idea abstracta o ideal de lo justo, sino que debía ser algo que se inspirase en el deseo de obrar siempre de una forma adecuada. 

De nuevo, el bien y el mal, aunque su línea a veces sea muy difusa y no apta para todos. Ni siquiera para muchos casos que no salen a la luz. Injusticias hay para todos los gustos y no siempre conseguimos justicia. No siempre podemos hablar para defendernos, para defender lo que creemos justo.

Pero las preguntas continúan, giran como la rueda en la que se mueve el hamster: ¿Qué es justicia? ¿Qué necesitan las personas y las sociedades?

Porque una cosa es la justicia legal y otra la humana, la poética, la divina, ésta última asociada a ideas como fe o la divina providencia, en las que muchas personas siguen creyendo.

Un estudio de la Universidad de Los Angeles (UCLA) indicó que las propias reacciones a la justicia están asociadas con el cerebro. Investigaciones sobre las que se apoyó otro estudio de la Universidad de Georgia, en el que se indicó que las ideas sobre la igualdad y la justicia puede que sean puro instinto natural.

Porque según la visión iusnaturalista todo derecho debe ser justo, de lo contrario no es derecho.

Si lo sabía el filósofo Platón, para el que la justicia debía ser pura armonía social. También fue más allá. Los propios gobernantes debían dar ejemplo y ser los individuos más justos y sabios.

No podemos evitar sonreír. ¿Lo son realmente o buscan saltarse a la torera a la propia justicia?

La justicia... La que también tiene dos caras. Ahí está su contrario, la injusticia. Aunque la definición por parte de la RAE sea mucho más breve.

Injusticia.
(Del lat. iniustitĭa).
1. f. Acción contraria a la justicia.
2. f. Falta de justicia.

Corren malos tiempos para la justicia, para los justos, que tienen que ver como “los malos” ganan apoyándose en lo que debería proteger a "los buenos". 

Puede que nos hayamos perdido sin remedio en la práctica y nos hayamos olvidado de la teoría. Puede que la justicia sea sólo cosa del cine, de los finales felices. Eso de que, al final, el héroe o la heroína pueden con las injusticias que han padecido.

También es posible que no pueda haber justicia de verdad sin el arrepentimiento. ¿Se arrepiente Inés del Río de las personas a las que quitó la vida? ¿Se arrepiente Miquel Ricart?

Ayer fue un día triste para todos aquéllos que perdieron a seres queridos por medio de la sinrazón o la barbarie. Para ellos, no hay justicia, diga lo que diga el Tribunal de Estrasburgo. No cuesta imaginar que lo desamparados que se sienten.

No obstante, ahí está una de las máximas de Gandhi:
Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego.

Aunque sin justicia legal, probablemente se quedará ciego, porque habrá quien decida tomarse la justicia por su mano, lo que tampoco es justicia, sino venganza.

Lo que me lleva al cine, a mi superhéroe favorito, Batman, a una frase de peli que viene a decir que la venganza es satisfacción personal, mientras que la justicia es equilibrio.

Hoy más que nunca, necesitamos equilibrio.

Volviendo al tema que arrancó esta entrada... ¿Cuántos años tienen que pasar para que se compense el dolor que provoca que se le quite la vida a una persona?

No queremos ser moralistas, pero si hablamos de derechos humanos deberíamos plantearnos esta reflexión: ¿De qué sirve condenar sobre el papel a 1.000 años cuando en realidad, y según nuestro organismo jurídico, sólo se cumplirán efectivamente 30 y ni siquiera los 30?

¿Qué pensaríamos si se tratase de uno de los nuestros?

Está el perdón, porque sin dejar a Gandhi... 

Perdonar es el valor de los valientes.

Pero hay que tener claro que sin justicia ese perdón para seguir adelante puede quedarse en nada, peor incluso, puede quedarse en el rencor. Además, sin una justicia efectiva lo que podemos encontrarnos es el valor de la impunidad. 

¿Qué valores queremos trasmitirles a los más pequeños? ¿La impunidad o la justicia?

Que cada cual conteste a la pregunta, porque esta entrada no deja de ser una pura reflexión o conjunto de reflexiones. 

Porque también nosotros hemos sufrido injusticias y no hay consuelo, no lo hay, sin justicia, sea humana, poética o divina. 

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