No pensaba dar explicaciones, pero supongo que las personas que me quieren o que quiero se las merecen y este bloc de notas es un buen lugar para dejar constancia de ello.
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La
cuestión es que he estado desaparecida de la civilización durante
casi dos meses, dos meses muy largos, en los que traté de
desconectar de todo, del trabajo, de los amigos, hasta de las redes
sociales, en las que siempre estaba presente de algún modo.
No fue
fácil irme y dejarlo todo a medias. Fue una decisión muy dura, que
me costó tomar. Por haber, hubo hasta un gabinete de crisis que me echó un cable con esto de desaparecer.
Sin embargo, soy
consciente del silencio y de la preocupación que dejé a mi
paso. La paradoja es que creo que fue lo que necesitaba hacer. No
estaba bien y ya me estaba pasando factura a nivel físico. Perdí
mucho peso en muy poco tiempo.
Porque lo cierto es que este año está siendo, sin duda alguna, un annus bastante
horribilis para mí. Me ha pasado de todo lo habido y por haber,
hasta cosas que todavía no entiendo, como determinados golpes a
traición para desprestigiarme o empañar el apellido con el que
firmo, el de mi madre. Como si yo fuera alguien súper importante.
Mi gente
me dice que sufrí la envidia, la rabia de quien una vez llamé
amigo. Pero yo sigo sin entenderlo, ¿cómo se puede intentar
destruir o hacerle daño a una persona tan gratuitamente? En el
fondo, imagino que lo que quiero es algún tipo de justicia, me da
igual que sea justicia poética o divina, lo que quiero es que algún
día se sepa la verdad.
Para un
periodista la justicia y la verdad son dos de sus razones de ser y si renunciara a
ellas mala profesional sería. Se lo he dicho a todos los que me han recomendado pasar página.
En fin... Me tuve
que ir, es cierto, hice algunas cosas mal por torpeza, también lo
es, pero no merecía las puñaladas por la espalda. Eso es de
cobardes, de mediocres, y yo siempre he ido de frente, para bien o
para mal.
Porque
la gente que me conoce sabe que:
1. No soy una mala persona y que intento ver el lado bueno de las cosas, lo mejor de las personas.
2. Siempre he luchado por mi oficio y por aquello que quería o en lo que creía.
1. No soy una mala persona y que intento ver el lado bueno de las cosas, lo mejor de las personas.
2. Siempre he luchado por mi oficio y por aquello que quería o en lo que creía.
Pero
repito, me fui y hay personas que no me lo perdonan, sobre todo es
por ellas por las que escribo estas lineas. Espero que acepten mis disculpas, no fue con mala intención, ni con premeditación o alevosía.
No me cansaré de decir que no fue plato de buen gusto irme de la noche a la mañana, pero tenía que resetear obligatoriamente y a veces la mejor forma de hacerlo es poner tierra de por medio, al menos, por un tiempo.
Echando
la vista hacia atrás, hacia estos dos meses, pienso que realmente no
llegué a desconectar del todo, que siempre tuve razones importantes
por las que volver, más allá del trabajo, aunque también sentía
que tenía que regresar sintiéndome libre, con la mente despejada de
idioteces y concentrada en ser mejor de lo que una vez fui.
La
pregunta que todos me hacen es: Qué hice durante esos casi dos meses de
retiro.
Pues
desesperarme muchas veces, pero sobre todo intentar poner en orden
las ideas. Pensé, mucho. También paseé, mucho. Hablé con personas
de confianza. Me repuse físicamente y traté de que determinadas
heridas cicatrizaran un poco.
En
ocasiones, creo que ha sido una especie de renacer, pero en otras...
¿Realmente, se puede empezar desde cero, cero, renacer, dejar atrás
tanto vivido y sentido?
Como
digo, en un primer momento, creí que sí. Ahora me doy cuenta de que
no podemos borrar lo que hemos vivido, sobre todo lo que nos importa
tanto como para estar escribiendo esta especie de redacción al
estilo de: "¿Qué has hecho durante tus vacaciones?"
Lástima,
que no fueran unas vacaciones como tal, aunque sí tuve mucho contacto
con la naturaleza y con esa parte espiritual que todos tenemos, aunque a
veces seamos puro escepticismo andante.
Reconozco
que llevé bastante mal lo de sentirme inactiva, aunque fuera por
prescripción médica. Lo que fue imposible fue que dejara de
escribir. No obstante, repasando lo que redacté aquellas semanas...
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Casualmente,
ayer echaron por la tele El diario de Noa
y el paralelismo me hizo sonreír. También me está costando ver
cine o el simple hecho de leer. El reset ha sido un poquito brutal
para mi gusto, aunque espero recuperar el tiempo perdido con el paso
de los días.
Volviendo
a las personas que no me perdonan mi temporal salida del escenario...
Espero que con el tiempo lo hagan y comprendan que lo tuve que
hacer por mí, que el tren estaba descarrilando y que tenía que
pararlo antes de que fuese demasiado tarde. Todos deberíamos hacerlo
en momentos complicados.
Confieso
que, en contra de lo que esperaba, la vuelta no está siendo nada
fácil, me está costando volver a arrancar. Hay días
desesperanzadores, mi profesión, para variar, tampoco pasa por su
mejor momento.
Los
políticos hablan y hablan de una recuperación que no se ve en la
calle, que la gente no nota en sus bolsillos. Es decir, la gente
sigue pasándolo mal en este país.
Es
curioso, durante mi retiro apenas vi la televisión y al volver he comprobado con sorpresa que seguimos igual de perdidos.
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Igual
España también necesita un reset tan brutal como el mío, pararlo
todo, eliminar lo dañino y arrancar de nuevo, pero arrancar de
verdad, con alguien que realmente sepa conducir este país hacia
algún sitio de provecho. Malo eso de los recortes en cultura,
investigación, sanidad, educación, I+D...
En
definitiva, he vuelto y he comprobado que, aunque el mundo no se
detiene, en realidad tampoco cambia demasiado en dos meses.
¿He
cambiado yo? No lo sé, algo sí, estoy más centrada que cuando me
fui. Supongo que lo que importa es que la esencia sigue estando ahí.
Sin ir
más lejos, mis razones para quedarme en este país y luchar no han
cambiado. Son las que me siguen ayudando a levantarme cada día.
El
problema es que han pasado dos meses para alguna de estas razones y
no se me perdona.
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Razones...
Todos/as necesitamos una serie de razones para seguir o para empezar
de nuevo desde donde lo dejamos.
Tengo un
amigo, muy espiritual él, que me dice que todo pasa por algo, sobre
todo pasa para que nos perfeccionemos. También me dice que no tenga
miedo, que alguna que otra razón comprenderá lo que tuve que hacer,
aunque necesite tiempo.
No sé
hasta qué punto me ha perfeccionado o me perfeccionará lo que me ha
pasado, mi retiro de dos meses, sólo sé que a veces es bueno hacer
un somero repaso a nuestra vida, intentar hacer las paces con
nuestros errores, celebrar nuestros aciertos y potenciar nuestros
talentos, todos tenemos uno o más de uno, para seguir caminando.
Razones... Resumidas en ese Hoy es siempre todavía, del gran don Antonio Machado, se
ha convertido en una de mis frases de cabecera. No puedo evitarlo, ni
quiero evitarlo. Esta frase estuvo conmigo cada uno de los días que
pase de retiro. Es un verso lleno de esperanza, de amor, de fe...
Tres cosas que todos necesitamos con retiro o sin él. Razones que a
muchos/as nos ayudan a seguir. Por eso, esperaré.
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