![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR7OgL6ymqQ3toNmX9GasQ2r7tjCkqQ-AHk857FvAllCjj3b-Tp-nN3dkYt3AAeO1NWbqPrXSO249rEb49DXLk1CZBelu1Kdr3pLEhMOsbqfrrrQm3r3fv8lvW274U1tKnHanOwlQJBghm/s1600/images+(6).jpg)
He
de reconocer que mi nueva etapa supone empezar desde cero, lo que me
está provocando más de un dolor de cabeza, pero no puedo hacer otra
cosa. Soy plumilla hasta la médula y no puedo pasar sin escribir.
Para
los y las que no lo sepan, la palabra plumilla viene del argot
periodístico y es un apelativo, más o menos cariñoso, con el que
se nos relaciona a los periodistas propiamente dichos.
Pero
al lío.
-Es
que sólo a ti se te ocurre seguir intentando lo de freelance con los
tiempos que corren-. Me dice.
Alzo
los hombros en señal de resignación y ella me mira preocupada.
-Si
tienes la posibilidad, ¿por qué no te vas fuera? No tienes nada que
te retenga aquí.
-Porque
no quiero irme.- le respondo no muy convencida. Aunque, en el fondo,
sé que algo me motiva a quedarme.
-Lo
sé y lo entiendo, pero aquí las cosas están realmente mal. No hay
nada de trabajo y menos de lo nuestro. Me preocupa que lo pases mal
para llegar a final de mes.
A
mí también me preocupa dicha cuestión, como le preocupa al resto
de españoles que han visto mermados sus ingresos con esto de la
crisis.
Seguimos
hablando del desastre que estamos viviendo como colectividad y
llegamos a la conclusión de que gran parte de los males vienen con
el hecho de que somos unos egoístas por naturaleza.
Nos
preocupamos sólo por nosotros y así nos va. A lo que sumar que les
hemos dado carta blanca a los políticos para que lleven su propio
egoísmo mucho más lejos, tanto que ahí andan estrangulándonos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE7ZlZK0LQ-WeafrTpq6AyIAwVzgMR6oIxE2HyeppMTb4X0c5rDnoekkJtETuy7iFodGtBTXOuexbAtQTB_crv3vR9SHW_i0uhM_79nnBzx9qxtjM-Lcv4RLHqL99sUPcLJ1wXSWH8Fpl1/s1600/images+(1).jpg)
Si
tú tienes unas tarifas más o menos decentes, vete preparándote
para sufrir, que ya están otros para vender los contenidos a precios
de chiste. Una llega a preguntarse si realmente pueden vivir con
semejante bajada de pantalones, si realmente quieren a la profesión
y se preocupan por dignificarla como se merece.
El
escritor Gabriel García Márquez la considera una de las profesiones
más bonitas del mundo. Lo es porque es el borrador de la historia,
porque cuenta lo que les pasa a las personas, porque una de sus
responsabilidades es denunciar las injusticias...
Y
podría seguir dando porqués, porque adoro el periodismo, es
vocacional. Quise ser periodista desde que no levantaba un palmo del
suelo y ahora me encuentro con que vive uno de sus peores momentos,
con que una serie de intrusos lo están desvirtuando.
Pero
pasa en el periodismo freelance y pasa también en los medios
convencionales. Los sueldos son también para llevarse las manos a la
cabeza. Poco importa si son medios grandes o pequeños. A lo que
sumar el cierre de tantos de ellos y el hecho de que miles de
profesionales estén en la calle.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh72TEcioNUcRo-p-mBrHlnyymRENWwKmGEXtrrs8jWV7rMkNRa-m8rNoBFRxnemVgHQgbGELKMJ2EhYUVi0eoqmBi0-Y11aBfCW_7DwTxhUd_9goKQkXNoxWe-ByV-Iglw2qeo4r0Snhs6/s1600/descarga.jpg)
Lo
que me lleva al segundo encuentro de hoy.
Poco
después de que mi amiga me dejara en la tienda donde me he comprado
el ordenador con el que escribo, he pasado por una cafetería para
comprar un café.
No
es que mi economía sea boyante, más bien es precaria, pero intento
contribuir, aunque sea poquito, con los comercios y establecimientos
locales. Más que nada porque como no reactivemos el consumo, la
economía no se reactivará y no se crearán puestos de trabajo, que
a veces es que los políticos parecen tontos. Mucho rescatar a bancos
en vez de rescatar al pueblo.
En
fin, a lo que iba. He entrado en una de las cafeterías de mi barrio,
donde me conocen y la charla entre la camarera y uno de los clientes
venía a seguir la línea con la que ha empezado mi día. La
situación en la que se encuentra el país.
-¿Tú
crees que tendrás pensión cuando te jubiles?- le preguntaba el
cliente a la camarera que le atendía. Ésta ha levantado los brazos
como no sabiendo qué contestar y me ha trasladado la pregunta a mí.
Mi
respuesta ha sido un no rotundo. Al menos, es lo que pienso y siento
ahora. Supongo que me preocuparé de verdad cuando llegue el momento,
aunque lo veo bastante mal.
Los
dos se han reído ante mi cara y mi respuesta. Creo que llorar o reír
es de lo poco que podemos hacer, amén de resignarnos.
-Y
que ellos estén cobrando más de 80.000 euros de sueldo. No tienen
perdón-. dice la camarera.
He sonreído yo también porque, al menos, veo que la gente está informada, que la indignación que sufrimos está provocando que no pasemos alegremente las páginas del periódico de turno o no nos paremos a escuchar con detalle las noticias en la tele o la radio.
Estamos
indignados y la indignación cada vez va a más, como la
desesperación de cientos de familias que no pueden llegar ni a
principios, ni a mediados, ni a finales de mes.
Se
respira, se palpa, la angustia, la preocupación por el qué será de
los nuestros, de nuestras familias, de la gente que queremos,incluso
de nosotros mismos.
Volviendo
a la cafetería... El cliente se ha perdido entre las páginas del
periódico mientras la camarera y yo seguíamos hablando de la crisis
y de nuestra propia situación personal.
Al
contrario que mi amiga, ella entendía que no me quisiera marchar,
entendía el drama de muchos jóvenes que no quieren dejar de
intentarlo en este país de opereta y de otros tantos que tienen que
emigrar, a veces con resultados poco alentadores.
Ahí
está el caso de unos jóvenes a los que se les prometió trabajo y
dinero en Alemania y no han visto nada de esas dos cosas. Los han
dejado tirados, literalmente.
Sí,
la situación es crítica, pero también lo es ver cómo muchas
personas sin escrúpulos se están aprovechando de las necesidades o
ilusiones de quien elige la opción de intentarlo fuera de España.
Por
si no tenía poco, he cerrado el día hablando con unos amigos
arquitectos a los que les pasa lo mismo que a mí. No quieren
malvender su trabajo, pero por no hacerlo están viendo como los
trabajos se los quedan otros a razón del metro cuadrado por céntimo.
Fuera bromas.
Somos
licenciados, lo nuestro nos ha costado sacarnos la carrera para tener
que aguantar lo que aguantamos. Y, sin embargo, seguimos empeñados
en intentar levantar nuestros sueños en el peor momento económico
de la historia.
Nadie
podrá negar que no le echamos ovarios y cojones a la cosa. Cada día
lo intentamos, nos matamos por encontrar clientes que realmente
aprecien el trabajo bien hecho, la pasión que da una vocación, la
profesionalidad y creatividad con la que queremos construir una
firma.
He
de reconocer que son unos optimistas natos.
-Maje,
tiene que llegar un momento en el que todo pase y nosotros queremos
estar ahí. Alguien tiene que levantar el país- me dice uno de
ellos.
Ellos
son de la opinión de que debo quedarme para intentarlo, de que
luchando podrá llegar nuestro momento.
Los
momentos...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHhUisAzH9dFKaK-vMOEPnWTsYn0hk0yN6KnKktFg3QJPO4JVlzh7cxy9NnnICfLhvRDsXyxqi0WHxPSgTkuhkD-Rj-lUOmENZDuQGVAYUc8MAq6bC7EAFd_oUmMNTZPqwkMk4SYzBM58Z/s1600/images+(5).jpg)
Hace
dos años, se me planteó la posibilidad de irme al extranjero y, en
el último momento, aposté por quedarme. No lo veía muy claro, mi
familia tampoco, pero no me equivoqué.
Quedarme
me permitió construir una nueva etapa, ser freelance, con sus
ventajas y desventajas, también me permitió conocer a una serie de
personas que han resultado ser claves para mí. Fue un periodo de
aprendizaje del que no me arrepiento.
No
obstante, duele un poco verse en el mismo punto de partida que
entonces.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb6o6iJ28Hbb3pZ_DgE35pcmfF0MPMU4kfyqYzMQ0EfMuYXjd0nj2kW3OfwnnvGrcV8_8-CqUFtuhaleQ77PNCbmf8FYSpNhDmQxmWULcBo-IaGXzFWNqhYf7yhNvS7hNaB7lNPwmea14j/s1600/descarga+(2).jpg)
Sin
ir más lejos, por mi profesión he de estar informada de lo que
pasa, pero confesaré que me sucede lo mismo que a centenares de
personas. Es escuchar o ver las noticias y ponerme de los nervios.
Pero
mi parte optimista, que la tengo, se niega a morir, lo que me
sorprende con esto de empezar de nuevo después de la serie de
hostias propias y externas que me han caído de golpe, con esto de
vivir al día con el cinturón lo más apretado posible.
Ni
qué decir que fue puro drama el hecho de que mi fiel compañero, el
ordenador, muriera y tuviera que comprarme uno nuevo.
Y
aquí estoy. Apuntando en este bloc de notas el hecho de que ya he
iniciado una nueva etapa que no sé hacia dónde me conducirá.
Aquí
estoy, contando las conversaciones de un día que podría ser el de
cualquiera.
Aquí
estoy escuchando música y tecleando porque me relaja, porque no sé
hacer otra cosa, porque me he empeñado en que rellenar este bloc de
notas particular con hechos cotidianos llenos de actualidad.
Ojalá,
mis amigos tengan razón y podamos no sólo comenzar desde cero, sino
también tener la oportunidad de quedarnos y luchar por lo que
queremos.
Mientras
tanto tengo la impresión, muy certera, de que seguiremos indignándonos con las
noticias que nos trae cada día, con la poca vergüenza de quien nos
gobierna, con las recomendaciones de una patronal que quiere trabajos
precarios que les permitan seguir llenándoles los bolsillos.
Sí, ser optimista en los tiempos que corren es poco más que un desafío, pero no podemos permitirnos ser pesimistas, tenemos que seguir adelante pase lo que pase, me digo, escribo, y hasta casi me lo creo. Casi, porque esta noche pondré las noticias y la hostia será tremenda.
Comenzar
de nuevo... Tengo la impresión de que todos lo hacemos cada día, de
que cada día es un batalla más que tenemos que librar y que,
después de tantos años de crisis, estamos que no podemos más.
En
fin... Bifurcaciones, días, conversaciones y algo de actualidad.
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